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ARNALDO DIAZ JIMENEZ

MITOS DE LAS CLARIAS

MITOS DE LAS CLARIAS

Entre 1998 y el año 2000, se introdujeron en Cuba dos tipos de clarias, la macrocephalus y la gariepinus con el propósito de incrementar la disponibilidad de proteína de alta calidad y bajo costo Rechazada por algunos debido a su extraordinaria capacidad de adaptación al medio, resistencia a condiciones adversas y su peculiar aspecto, la claria no es bien vista por no pocos cubanos

Este animal acuático de apariencia cilíndrica y bigotes, carece de escamas y protege su cuerpo con una sustancia gomosa al tacto. De las clarias se ha dicho de todo, desde que destruyen la fauna autóctona de los acuatorios hasta que son capaces cual pirañas de atacar las personas que entren en el agua

Estudios sobre el contenido estomacal de esta especie, las características y posición de su boca, su dentadura reducida y el hecho de que sólo se vale del tacto y el olfato para localizar a las presas, indican que las clarias se alimentan generalmente de organismos que llegan al fondo

Las clarias son animales resistentes y sobreviven condiciones adversas, convierte con eficiencia y rapidez alimentos en peso en una escala de tiempo muy reducido

Uno de los mitos que rodean a la especie es el de su supuesta ferocidad alimentado por el hecho de que cualquier especie, ante un ayuno prolongado, puede sorprender comiendo organismos que no forman parte de su dieta habitual

Las clarias no poseen dientes capaces de desgarrar la piel o triturar huesos

En los años que se maneja la especie en la provincia no se tiene registro de ataques al personal relacionado con su manejo o animales que han ingresado accidentalmente a los estanques de cría intensiva

Más del 65 por ciento de las especies de agua dulce que se crían en el continente americano no son oriundas de esta zona geográfica

La introduccion de la claria en nuestro país y la falta estudios rigurosos sobre los impactos ambientales de este pez en nuestros ecosistemas han facilitado todo tipo de mitos La cría de especies de agua dulce resulta una necesidad mundial, pues la pesca marítima llegó hace años a su límite.

El cultivo de clarias no es un “descubrimiento cubano”, lo que se hace en nuestro país es una realidad en más de 30 países El único elemento que los ambientalistas achacan a la introducción del pez claria en nuestro país tiene relación con el incumplimiento de la licencia ambiental que establecía la imposibilidad de que la especie fuera capaz de reproducirse en el medio natural

Este error seguramente motivará investigaciones y la toma de medidas para proteger las especies de los ecosistemas acuáticos

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