CUANDO SE LE DA VUELTAS A UN CORAL

Habitaciones confortables, comida bien elaborada y a buenos precios es algo que puede gestionarse sin alejarse mucho de casa
Pero al vacacionar muchas personas buscan pasar ese tiempo tan especial en contacto con esa naturaleza que parece todavía no manipulada por el hombre
Esto ocurre al norte de Villa Clara donde alejados cayos y playas que antaño solo eran visitadas por caguamas y algún que otro pescador que trataba de almorzarse una desprevenida jutia se han convertido en asiento de hoteles con miles de habitaciones
La naturaleza todavía sigue allí
Existen importantes sitios de alimentación, reproducción, refugio y descanso de numerosas especies de aves acuáticas, grandes poblaciones de flamencos rosados, garzas, sebiyas, alcatraces y patos migratorios en la cayeria norte de Villa Clara
El paisaje ofrece otras atracciones: apacibles canalizos, playas de blancas y finas arenas, espléndidos arrecifes coralinos
El desarrollo turístico hacia esos parajes lleva necesariamente a la capacitación de los trabajadores de este sector para preservar estos recursos
Una de las áreas más sensibles se encuentra relacionada con la protección de las zonas de buceo en las crestas arrecífales
Evitar la colecta de corales, crear infraestructura para que las embarcaciones no anclen contra el arrecife, establecer regulaciones y límites, todo eso es bueno
Ver pero no tocar resulta muy necesario
A veces la curiosidad hace daño, como este esta imagen de uno de los más espectaculares sitios de buceo en que algunos hicieron y otros permitieron que se le diera la vuelta a este coral
Así no se hace