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ARNALDO DIAZ JIMENEZ

BUENA SALUD DEL MANGLAR DE VILLA CLARA



Los manglares son importantes no solo
para el hábitat sumergido. Tienen importantes implicaciones en ecosistemas
terrestres y aéreos.



Las raíces de estas plantas sirven de refugio
a  juveniles de langostas y peces.
Protegen las costas de la erosión provocada por el oleaje, el viento y las
corrientes  y filtran los contaminantes.
Sus
formaciones están presentes en el 70 % de las costas de nuestro país.



En zonas con aportes
de agua dulce y nutrientes los bosques de mangle alcanzan entre 20 y 25 metros
de altura y una alta densidad de plantas. En aguas muy saladas alcanzan
menor  talla y suelen ser achaparrados o
enanos.



Científicos y ecologistas  han vuelto a poner sobre el tapete la
importancia de la protección de los manglares



El cambio climático, el
incremento de la frecuencia y ferocidad de los huracanes, las inundaciones
costeras por tsunamis u otro tipo de surgencias marinas, han revalorizado el
tópico



Gran parte de lo ocurrido en la
ciudad de Nueva Orleans tuvo como base la destrucción total de sus manglares



Los especialistas sostienen que
muchos estragos y devastaciones pudieran evitarse si las líneas de la costa
conservaran esos ecosistemas que el hombre ha venido destruyendo, en ocasiones
con saña por considerarlos un estorbo a intereses económicos



No ha faltado quienes los
califiquen de insalubres y feos



En Cuba actualmente existen
documentos jurídicos y decretos, como la Ley Forestal, que estipulan la
protección  de los manglares. Centros
como el Instituto de Ecología y Sistemática, llevan a cabo investigaciones, con
la colaboración de otros organismos



Estos estudios ofrecerán aportes
trascendentes para profundizar en el conocimiento y cuidado de esas valiosas
barreras vegetales, de las que la nuestra isla conserva espléndidas reservas



 



 



 



 



 



 



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