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ARNALDO DIAZ JIMENEZ

LA BARREDORA DE NIEVES, LA MAQUINA DEL TIEMPO Y OTROS FANTASMAS

LA BARREDORA DE NIEVES, LA MAQUINA DEL TIEMPO Y OTROS FANTASMAS

Hace algún tiempo intenté ubicar el momento en el tiempo en que nació el  mito urbano de la llegada desde la antigua Unión Soviética  de una barredora de nieves para ser empleada en las calles de Cuba

Entrevisté a varias personas para buscar claridad en el tema

Algunos situaron la historia de la llegada de las barredoras de  nieve a Cuba en los años 60, otros en las décadas del 70 y 80 del pasado siglo

Hice revisiones en periódicos y consulté  antiguos funcionarios buscando detalles

Como toda buena  leyenda urbana la historia continua elusiva

Alguien que me vio investigando el tema me llevó un recorte de un periódico que reportaba el uso que le dio Cuba a la “maquina del tiempo” que un día llegó al puerto de La Habana

Un equipo bestialmente grande  nunca reclamado por ninguna entidad  permaneció años en los almacenes de la entidad portuaria.

Los especialistas que abrieron el sarcófago en el que vino protegido nunca pudieron precisar que utilidades  para la economía nacional pudiera tener tan extraño aparato

Al final fue desarmado, aprovechado  en piezas y el resto enviado a fundición

No creo que la historia de la barredora de nieves y la       “maquina del tiempo” se encuentren conectadas

Mas bien la “barredora” pudo ser parte de la improvisación  de aquellas primeras décadas y la “maquina” producto de un error portuario que remitió a La Habana un mastodonte tecnológico que a lo mejor estaba destinado a un rompehielos  o a construir una nave espacial o un barco

Pero los fantasmas de las compras desacertadas de equipos y medios para los más disímiles usos  han continuado

A veces han sido hornillas eléctricas que derriten sus botones de control al ponerse en contacto  con el calor, torres de radio y TV  no aptas para climas extremos, bombillos ahorradores que al menor parpadeo eléctrico se rompen …

El ultimo caso que he conocido han sido las “redes”  que no “ pescan”

Otro bonito caso para la colección de lo insólito

 

 

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