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ARNALDO DIAZ JIMENEZ

EL CARROÑERO CUBANO

EL CARROÑERO CUBANO

Hasta hace unos 3000 años exponentes de la denominada mega fauna cubana ocuparon un lugar prominente dentro  del ecosistema cubano

La cúspide de tal pirámide se encontraba dominada por enormes aves, algunas de ellas rapaces y otras con funciones de limpieza como el extinto cóndor cubano

Sobre los cielos de Cuba vuela en la actualidad el aura tiñosa que cumple las funciones naturales de nuestro desaparecido cóndor

El aura tiñosa se encuentra  emparentada con los buitres, cóndores y águilas

La capacidad prodigiosa del aura para detectar desde cualquier distancia su alimento, siempre en descomposición, pudiera deberse al sincronismo entre sus sentidos de la vista y el olfato.

Desde fecha inmemorial limpian de animales muertos y descompuestos los campos, y en ocasiones, cuando se les deja, hasta las propias ciudades.

El vuelo del aura tiñosa tiene la majestad y el equilibrio de los mejores planeadores. Un rasgo bien interesante del aura,  observado por los campesinos cubanos es que defeca sobre sus patas.

Los ornitólogos afirman que esta es la forma de defenderse contra los peligrosos gérmenes que entran en contacto con sus extremidades cuando pisan lo que les sirve de alimento.

La misma enzima que se encuentra  en sus heces les protege el estómago y la digestión contra los alimentos que debe tragar.

Algunos afirman que el aura no existía en Cuba antes del inicio de la conquista de América.

Ningún cronista  las menciona en sus textos. Sin embargo, algunos  investigadores cubanos han  reportado  restos fósiles de esa criatura en el Pleistoceno.

A diferencia de los solitarios y taciturnos buitres, a las auras se les observa volando en grandes bandadas, sobre todo cuando amenaza la lluvia o detectan alimentos.

Anida preferentemente en el suelo o en la entrada de alguna cueva o entre farallones, durante los meses de primavera, y luego de improvisar muy a la ligera un nido con ramas y yerbas.

Allí deposita dos huevos de color blanco, salpicados de jaspes y estrías carmelitosas.

Los pichones muestran una anatomía desgarbada y un plumón blanco, excepto la cabeza, tan rapada como la de sus padres.

El pitirre, un ave  pequeñísima, obliga a huir al aura en desbandada cuando presiente una intrusión cerca del nido donde empolla.

El aura es víctima también de la persecución de totíes, mayitos y cernícalos, pájaros de poco porte, pero que aprendieron a defender con bravura su nido y a la progenie

Los carroñeros no son carismáticos, he preguntado  los que me pudieran aportar algo de información y los resultados han sido escasos

 

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